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    Lebenszeugnis Candy L.

    ¿SEÑOR, Porque te has fijado en mí?

    Candy Johana L.

    Mi nombre es Candy Johana L., nací en el año 1,991 en la aldea Las Marías, del departamento de Jalapa, ciudad de Guatemala. Nací en una familia muy pobre, ocupo el 2º. lugar entre 7 hermanos, mi vida fue marcada por el abandono de papá, por la misma razón solo pude cursar el 6º. Primaria.  A los 12 años ya trabajaba para colaborar en la economía del hogar.

    ¿Cómo surge la vocación en medio de esta realidad?
    La vocación primordialmente es un misterio. ¿Quién lo pide? ¿Quién lo busca? Es Dios quien sale al encuentro de la persona, todo comienza sin que uno se dé cuenta, Dios va haciendo caminos silenciosamente, él coloca los signos, las personas, los acontecimientos necesarios para cada momento oportuno. Así fue para mí.
    Desde temprana edad, tenía en el pensamiento que la única opción en la vida era el matrimonio, no existía otra cosa, era cómo una ley, una obligación, pero nadie sospechaba que DIOS ya me había apartado para él.

    Cuando ya era jovencita, me nació una idea, quería ser misionera, o como voluntaria, me llamaba la atención cómo muchas personas que se van a otras aldeas o países a servir a los más pobres, y pensé que si me casaba no iba a poder realizar ese sueño. Tenía un novio pero no me sentía feliz, me sentía vacía, yo buscaba algo más profundo, por lo cual pedí orientación al párroco. 

    Citas Bíblicas que me marcaron el camino:
    Jeremías 1,5-8  “Antes que te formaras ya te conocía, antes que nacieras ya te consagré”…. ¿Señor, cómo podré hablar yo, que soy muy joven todavía?
    Jeremías 20,7  “Me has seducido Señor y me dejé seducir por ti.
    Salmo 139  “Señor tú me sondeas y me conoces, ¿a dónde puedo ir lejos de ti, a dónde podré huir lejos de tu presencia?
    Marcos 2, 13. “He venido a llamar a los pecadores…
    Mateo 5, 13  “Ustedes son la sal del mundo….

    Canto:
    Tú has venido a la orilla, nos has buscado ni a sabios, ni a ricos tan solo quieres que yo te siga.

    Personas importantes que colaboraron en la búsqueda de mi vocación.

    • Los primeros fueron mis abuelos, ellos desde pequeña me enseñaron la fe en Dios, a ellos debo el ser católica y el gran amor a JESUS Eucaristía.
    • Mi madre, en medio de su pobreza y de todas sus preocupaciones, me apoyó fuertemente en mi decisión, ella fue clave para dar este gran  paso en mi vida, pensé mucho en ella cuando ya había decidido ingresar a la comunidad, ¿quién la iba a ayudar?, puesto que yo daba la mayor parte de los gastos, ella tiene un impedimento en su brazo, lo cual no le permite trabajar como otras mujeres, tenía que velar por mis hermanos aún pequeños, sentía que era mucho para ella, sin embargo cuando le comenté mi decisión, me impresionó su respuesta, me dijo: “Hija mía, si esa es tu decisión hazlo, yo soy feliz donde tú seas feliz, por nosotros no te preocupes, si Dios te quiere allí, Él velará por nosotros, no nos dejará morir de hambre”, esta gran confianza de mi madre hacia Dios, me empujó a comenzar aquella gran experiencia, que jamás nunca imaginé, veo en ella un gran signo vivo de Dios. 
    • Mi padrino de bautizo, por su cercanía y sus consejos ante esta respuesta.
    • El padre Germán Segura, en su acompañamiento espiritual y por el gran apoyo, cariño, cercanía especial hacia mi familia, sobre todo por ser puente para que yo pudiera conocer a las hermanas de Instituto San Bonifacio. Realmente en él puedo reconocer cómo Dios usa grandiosamente los instrumentos que él cree conveniente.
    • Un miembro del Instituto San Bonifacio, la hermana Rutila, fue un gran instrumento humano  que DIOS utilizó en mi historia humano y vocacional, ella fue la que le dio la hoja de invitación al retiro vocacional a mi madre, el cual pude participar y  nos dieron a conocer los diferentes opciones de vida.  Ese día me atrajo la forma de vida de ellas, la alegría de su entrega, sin embargo en ese momento comienza a atacarme muchas dudas, inquietudes, pero la incertidumbre vino más cuando en forma de dramatización presentaron las tres llamadas que Dios le hace a Samuel por medio de Elí, desde ese momento mi vida dio un giro inmenso y radical, porque para mí era como que esas llamadas ya no eran para Samuel, sino para mí, confieso que yo quería hacerme la sorda ante esta llamada, en esos momentos que me sentí invadida por esa sensación extraordinaria, pensé que eso que estaba experimentando en mi interior solo estaría en esos días de retiro y que al salir de allí, volvería a ser la misma de antes, con mi familia, con mis amigos, con los chicos de grupo juvenil, en la parroquia que tenía, pero no, regrese a mi ambiente, y quedé muy inquieta, intranquila, confundida, pensando en las hermanas.

    Dar lugar a la duda ... ¿Lo digo o no lo digo, es Diós o soy yo misma?
    En ese momento yo no era capaz de descubrir que en ese retiro ya Dios había encendido esa chispa de fuego en mi corazón, yo tenía mucho miedo al pensar que solo era una ilusión, no quería decir nada de lo que estaba sintiendo, sin embargo lo que me ayudó mucho fue el apoyo de la hermana Rutila, ella era como ese signo por medio del cual yo le dije al Señor que si yo era para él que me lo mostrara por medio de ella, y ahora puedo decir que realmente Dios me lo iba mostrando, como yo se lo había rogado, yo no le había dicho directamente a la hermana Rutila que quería entrar en su comunidad, más bien le había pedido que me ayudara a buscar un trabajo.

    ¿Xela o Jalapa, me voy o me quedo?
    A unos días después del retiro, llego la llamada que me cambio la vida para siempre, la hermana Rutila llama para decirme que la señorita que trabajaba con ellas en un hogar para niños que tenían, se había retirado y que si yo estaba dispuesta a dejar Jalapa e irme a Xela para tomar ese trabajo, yo estaba muy necesitada del trabajo y lo acepté, le dije a la hermana que solo iría por un año y luego regresaría, arregle todo con mi madre, le dije que solo trabajaría un año allá y regresaría; justamente ellas iban a viajar de mi pueblo, (allí tienen una de sus casas) a Xela, me dijeron que aprovechara ese viaje, mi madre me fue a encaminar al bus de ellas, sin saber que me entregó para siempre.

    Asumí el trabajo y al mismo tiempo participé en el grupo de discernimiento vocacional que ofrece la comunidad.

    Yo no iba para quedarme, más Diós así lo tenía planeado
    En cada tema que iba pasando durante ese año, yo me sentía con más miedo, porque confirmaba que esa llamada realmente venía de Dios, a veces quería ignorarla porque no me sentía digna, ni capaz, más sin embargo, Dios lo fue guiando todo, muchas de las hermanas  fueron signos para reconocer esta ¡Bendita vocación inmerecida!, por ejemplo la hermana Margit, Santos Menchú, Cristy, Rosalina, Andrea, Rutila y otras. Fue así que con el acompañamiento que recibí y la oportunidad que me dieron de estar cerca de ellas, a finales de noviembre del 2009 hice mi carta de solicitud para ingresar al Instituto San Bonifacio.
    Ingrese el 4 de enero del 2,010 a la casa del aspirantado, Casa Santa Lioba en Quetzaltenango, Guatemala.

    El misterio de la vocación
    Pues cómo nadie se imagina los planes de DIOS, así lo quiso, me llamó de una forma extraordinaria, venía preparando el camino de muchas maneras, no se fija si tienes la mejor carrera, si eres el más inteligente o que tengas la mejor familia, él elige por puro amor, él quiere que respondas, pero te deja libre, no te obliga.

    Quiero resumir mi historia vocacional en 3 llamadas. “LA TERCERA ES LA VENCIDA”  NO PUDE  HUIR …

    • La primera: fue en junio del 2,003  yo tenía 12 años, en una misa en la que cantaron unas monjitas, allí me nacio como una pequeñita inquietud o duda, me pregunte: ¿cómo será vivir como ellas? Más me llamaba la atención porque cantaban muy bonito, con varios instrumentos, pero con el paso del tiempo la llama se apagó.
    • La segunda: fue en abril del 2,005 cuando yo tenía 14 años, durante la vigilia de la muerte del papa Juan pablo II, esa noche presentaron  su vida, su llamada y remarcaron su respuesta fiel hasta el final, en ese momento sentí que algo se movió dentro de mí, pero no podía captar ese mensaje, solamente sentí que después de eso yo quede con algo especial dentro de mí.
    • La tercera y la vencida: fue en diciembre de 2,008 cuando yo tenía 17 años, con el retiro vocacional, fue el flechazo directo al corazón, fue algo cómo amor a primera vista, porque una vez me basto para enemorarme profundamente del Carisma del Instituto San Bonifacio.

    Hasta hoy día no termino de agradecer a Dios este magnifico don de la vocación y pertenecer a esta gran comunidad. Mi vida ha ido creciendo integralmente, al lado de mis hermanas, ellas son mi apoyo, lo que nos une es un mismo ideal, buscar que Dios sea glorificado en todo, ellas también van siendo instrumento de Dios para irme moldeando cómo el barro en sus manos, no puedo negar ni ocultar que también he vivido momentos de duda, de confusión, incluso de tentación, es parte de la vida, sé que eso es normal en todo ser humano y en cada estado de vida, más estoy completamente segura que así cómo Dios permite que viva esos momentos, él mismo esta atento para auxiliarme cuando sienta caer, por la Gracia que él me regala, he podido caminar en fidelidad hasta hoy, me siento realizada en esta misión que el Señor me ha  regalado, tengo claro que solo soy instrumento de Dios y juntamente con mis hermnas en las tres Regiones: Europa, Afrika y Centro América, queremos hacer vida el gran proyecto de Dios, El Reino; sabemos cómo dijo  Beata Madre Teresa de Calcuta: lo que hacemos, es cómo una gota de agua en el Océano inmenso, pero si esa gota no la colocamos hará falta.

    Hasta el día de hoy llevo 6 años de estar caminando dentro del Instituto San Bonifacio, realmente afirmo que cuando la vida se entrega, el tiempo pasa rápido y no se siente, se pasa como un día; esa es mi pequeña experincia.


    Mensaje final: 

    A ti joven…
    Si buscas sentido a tu vida, experimentas la voz de Dios que te llama, busca ayuda.
    Ten presente que el Señor no se fija en la persona más sabia e inteligente, solo busca quien le quiera seguir, ahora mismo te puede estar hablando, recuerda que El utiliza cosas sensillas para llamarte, un canto, una persona o un acontesimiento.
    No tengas miedo, El te dará la fuerza y su Gracia para responder a esa llamada, escuchala en tu corazón,    ¡VEN, ATRÉVETE YA!.