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    Lebenszeugnis Mercedes C.

    El Señor me llamó... de entre toda una multitud

    Mercedes C., (*1972), educadora social

    Inicios en una historia de amor...

    A veces, cuando leemos historias de vida de santos o biografías de personas importantes, esperamos encontrar algo sorprendente que les hace diferente a nosotros y tal vez, a quienes desearíamos imitar o alcanzar la meta que ellos alcanzaron. Así que, cuando ustedes sigan leyendo la historia sobre mi vocación, comprobaran que la manifestación del llamado de Dios y la concretización de la misión a nosotros encomendada, está fundada con los pies en la tierra y la mirada hacia el cielo.

    El Señor, me llamó de entre toda una multitud. Nací en una familia humilde, soy la más pequeña de una familia de tres hijos. Mi madre quedando viuda muy joven, nos educó y luchó por transmitirnos una Fe algo tradicional, valores humanos prácticados por ella misma y ejemplo de vida, para con los pobres y acogida generosa para toda persona que llegara a casa. Hasta aquí, nada nuevo o soprendente. Desde los 14 años comencé a trabajar en una fábrica confección de ropa, y además  buscaba tiempo para participar en la Parroquia de los Santos Mártires, como joven catequista ,coro parroquial y grupo juvenil parroquial (este grupo era dirigido por dos miembros del Instituto S. Bonifacio). Como joven viví una vida “normal de joven”: grupo de amigos, fines de semana fiestas y disco, “amigo”...Pero el Señor, pudo más que todo eso, a los 18 años el Señor se fijó en mí y después de varios meses de discernimiento y lucha personal, decidí embarcarme en esta aventura de amor y servicio en el Instituto S. Bonifacio.


    Descubrir...

    Cerca de la casa paterna, hay un colegio para niños y jóvenes con necesidades educativas especiales “Centro Diocesano Madre de la Esperanza”. Aquí fue el primer contacto con los miembros de la comunidad, ya que por entonces, la dirección y parte del personal eran miembros del Instituto. Algo que me llamó la atención es la internacionalidad, es decir, miembros españoles y alemanes conviviendo juntos.

    Como participante del grupo juvenil parroquial fui invitada junto con otro jóvenes, a conocer el desarrollo pastoral que el instituto realizaba en varios paises “dimensión misionera”: Europa, Guatemala y África Y es ahí, donde el Señor despertó en mí el deseo de seguirle en esta comunidad concreta ...”que viendo vuestras buenas obras, den gloria al Padre”.

     

    Integrar...

    Integrar el dolor con la alegría de lo nuevo por venir. Sí dolor, ya que cuando en Octubre 1990 comunico a mi madre mi decisión de entrar en el Instituto, ella se opone en todo momento reaccionando negativamente frente a mi. Mi madre se enferma, mis hermanos indirectamente se oponen a mi idea y ésto hace que tenga que esperar para mi entrada en el instituto hasta el 3 de Abril 1991.

    Alegría por lo nuevo y preocupación de la primera noche en la capilla, donde de rodillas ante el Señor rezaba: “Señor, si me he equivocado, házmelo ver”. Pues me sentía tan pequeña ante algo tan maravilloso. En Diciembre 1991, se comienza una nueva misión, abriendo una residencia para jóvenes estudiantes en “Casa Santa Lioba”. En 1993, viajo a Alemania, en el centro de nuestro Instituto para realizar un prácticum antes de mis primeros votos, fecha que tiene lugar el 25 Junio 1994.

    Regreso a España, realizo los estudios de bachillerato por la noche y mis estudios universitarios como educadora social.

     

    Fluir...

    “Mirad que yo os envio...”. Después de teminados mis estudios, el Señor me concedio viajar a Guatemala desde el 2001 al 2006. En el 2003 fue mi consagración definitiva en el Instituto. En Guatemala durante mi estancia y experiencia de vida, el contacto con los pobres, la presencia de Dios, dar amor y recibir amor, servir, orar desde la pequeñez... me han aproximado a misterio dignidad de Cristo, en sus diferentes manifestaciones.

    Regreso a España y el Señor me envia a una nueva misión en Cáritas-Interparroquial Talavera, en un proyecto para personas sin hogar. De ahí, comienzo una nueva experiencia en un proyecto para mujeres inmigrantes y niños, que el Instituto tiene a su cargo.  Participo y colaboro con la Universidad de Castilla-La Mancha (asesorando y tutorizando las prácticas y dando ponencias en la Universidad).

    Doy gracias a Dios por estos 24 años que me ha concedido de pertenencia en el Instituto Secular San Bonifacio, él se manifiesta en lo cotidiano. Es por ello, como dije al principio de mi documento, no hayan encontrado nada extraordinario. Ahora bien, animo a los/as jóvenes, a estar abiertos a la escucha de la llamada y signos que Dios les va poniendo en su camino para el seguimiento de Cristo, y al mismo tiempo sean generosos.

    Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón. (Oseas 2:16)