Todo comienza con el tiempo de formación, que puede tener diferentes caminos. Pero de todas maneras será un tiempo planeado y organizado que lleva más y más a una vida con Cristo. Éste es un camino fascinante y de por vida y representa también la riqueza de una vida en nuestro Instituto Secular.
El camino en el seguimiento y el ir introduciéndose en la forma de la vida consagrada se hace de forma continuada y en etapas, tal como también San Benito de Nursia lo da a entender cuando describe en su Regla el ir familiarizándose poco a poco con la comunidad (vea Regla de San Benito, capitulo 58).
Para nosotras, que formamos una comunidad benedictina, es muy importante la convivencia comunitaria. El convivir en un grupo es un ejercicio para valorarnos mutuamente, ya que Dios nos ha reunido en una comunidad concreta.